22 diciembre, 2008

Felicitación Navidad 2008


Sentado en el borde del estanque, con las piernas provocando al vacío, la sombra de su sombra se encogía dejando sobre el agua una estela indeterminada, que no era otra cosa que los recuerdos de su vida. Y cerraba y abría los ojos por momentos, embelesado, en busca de su pasado, pero no encontraba sino nenúfares blancos, azules, amarillos y perfumados, al fin sus amigos, a quienes decidió felicitar la Navidad.

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