19 octubre, 2010

El amante embeleso


(Ilustración: Desnudo en un sillón/Renoir)



(Escrito y leído para el IV Memorial Dolores Campos Herrero el día 18-10-2010)


Percibía algo extraño alrededor. Deseaba fijarse en todo buscando una simple explicación, pero no la encontraba. Terminó ensimismada, mirando las rosas blancas que había en una jarra sobre la mesa del salón, y trató de hallar en su perfume lo que más deseaba: el aroma del hombre que un día, de improviso, desapareció como por ensalmo sin una razón, sin un triste adiós para el amor. Y fue entonces cuando la bella mujer se vio dominada por el amante embeleso, y de su tez amarga se desprendió un sofoco amoroso, y una sonrisa, y hasta un poquito de pasión.